28 de abril de 2012

Valentía, parte dos.-

Y tal vez la lección se trate de saber dirigir mis energías a las batallas que realmente valgan la pena luchar. Hoy, hay un nuevo vacío, uno del que tampoco puedo sentirme culpable. Me queda esperar que todo decante, me queda esperar que las heridas se cierren, me queda luchar por mí, para no perderme en pozos sin fondo. Me queda la tranquilidad de haberlo intentado, de haber sido valiente para actuar como mi corazón dictaba. Me queda levantarme, alzar la mirada y sentir, realmente sentir, que algo mejor está esperándome a la vuelta de la esquina.


Dejo que se apague 
todo lo que me hace mal
¡no miro atrás!
y si algo queda,
lo revivo
y lo vuelvo a enterrar...




(Canción de mierda, para de sonar en la tele a cada rato, erís lo peor!)

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