7 de enero de 2011

6 de enero de 2011

Camino con la cabeza, sueño con los pies.

Cuando extrañar empieza a doler...

... notas entonces, que te saltaste procesos y vas a tener que retroceder para quemar las etapas inconclusas. Y afloran esas sensaciones abrumadoras que acompañan a la soledad. Pero más que la soledad, lo molesto es la inseguridad. Porque la falta de decisión, de acción, y de pensamiento incluso, empiezan a pasarte la cuenta -a nivel interno, creo-. Te llenas de dudas existenciales, te molesta no tener nada que hacer, y cuando haces algo, te sientes insatisfecha. Y peor aun, te amurra saber que los demás pueden reír y tú no. No puedes, pero porque no te nace, pues hasta las sonrisas saben a falsedad.