30 de abril de 2012

No vale la pena...

... cuestionarse aquello que no requiere mayor análisis, y evadir los cuestionamientos de lo realmente importante.
Eso.

28 de abril de 2012

Valentía, parte dos.-

Y tal vez la lección se trate de saber dirigir mis energías a las batallas que realmente valgan la pena luchar. Hoy, hay un nuevo vacío, uno del que tampoco puedo sentirme culpable. Me queda esperar que todo decante, me queda esperar que las heridas se cierren, me queda luchar por mí, para no perderme en pozos sin fondo. Me queda la tranquilidad de haberlo intentado, de haber sido valiente para actuar como mi corazón dictaba. Me queda levantarme, alzar la mirada y sentir, realmente sentir, que algo mejor está esperándome a la vuelta de la esquina.


Dejo que se apague 
todo lo que me hace mal
¡no miro atrás!
y si algo queda,
lo revivo
y lo vuelvo a enterrar...




(Canción de mierda, para de sonar en la tele a cada rato, erís lo peor!)

25 de abril de 2012

Valentía

En conclusión, hoy pienso que hay situaciones que requieren valentía: Levantarse después de caer, perdonar, solucionar, confiar. Sin embargo, nada es más valiente que soñar. 
Para mi soñar es vivir en la incertidumbre, confiando en que todo va a estar bien. Soñar es poder volar sin miedo a caer. Soñar es desear la felicidad; y para que el deseo se haga real, se requiere que seamos valientes: que tomemos la oportunidad y volemos portándola.

Hoy alguien dijo: "si de verdad quieres algo -o a alguien-, debes dejarlo ir... es hora de ser valiente". Pero me pregunto ¿es valiente esperar la derrota? ¿de verdad es más valiente quien se asume perdedor que quien apuesta a la victoria? 

También me hablaron de lo correcto y de lo incorrecto hoy. De lo que es sano y de lo que no. Yo creo que eso es pura metafísica, porque puede que lo correcto sea dañino, y con eso se volvería incorrecto. Asimismo, lo sano puede ser incorrecto; entonces se convierte en lo opuesto. 
Lo correcto se relaciona con el ser consecuente; y el ser consecuente se contradice con la vida misma.

Sumando y sacando cuentas, al final todo lleva a la clásica disputa cerebro v/s corazón, o dicho de otra forma, razón versus emoción. 
Todo el mundo sigue la misma lógica: 
*razón = hacer lo correcto = velar por lo sano, 
y  por ende: 
*emoción = hacer lo incorrecto (o equivocarse; aunque para mí es más bien tomar el riesgo) = hacerse daño o sufrir.

Yo creo que el cerebro es demasiado cuadrado, es mucha estructura y poca improvisación. Atinado, pero infeliz porque no aprende nunca de la experiencia (pues carece de ella). Me siento todo lo contrario, o al menos aspiro a ello.



"Tu corazón es fuerte, ten el valor de hacerle caso", es lo que piensa mi mamá. Estoy segura que es, por lejos, lo más racional, sano y correcto que puedo hacer por mi misma. (¿Aunque sepa que voy a la derrota? Sí, aunque eso lo tenga más que claro, porque no quiero dejar de apostarle a la victoria; eso sería traicionarme sola.)


Hora de decir todo lo que tengo para decir.-

19 de abril de 2012

Recuerdo

Cuánta falta me haces, papá. Te siento en todos lados, te veo en todos mis reflejos, te necesito todos los días. Pienso en ti, en lo que soñaste para este mundo, y me hiere no ser capaz aun de seguir tus pasos. Me duele que no estés para decirme como seguir, ni para darme palabras de aliento.

Cuánto te extraño, Augusta. No hay consejos como los tuyos, no hay risa que se iguale a tu risa. No hay en la vida una amiga como tu. Ciertamente, el saber que no te voy a volver a ver, es la herida más dolorosa de todas; porque la vida se te fue cuando empezabas a vivirla. Porque, como a mi, te tocó pasarlo mal. Porque pese a todo saliste a flote, quisiste ser feliz y hacer feliz a otros.

Cómo extraño ser lo que era cuando los que me faltan aun estaban a mi lado. Cuánta falta me hace respirar sin sentir ese frío en el pecho que me aprieta la garganta.