Me carga. Llegada de familia es igual a pérdida temporal de vida propia. Son ellos los que llegaron, no yo. Exigiría como mínimo poder decidir sobre mis tiempos, o hacer lo que esperaba hacer hasta antes de su llegada. Pero no se puede, porque sólo los veo como tres veces en el año.
Quizás si realmente los extrañara durante el tiempo que no los veo, sería bien diferente la cosa, y no estaría plasmando mis reclamos vía blog.
No es ser egoísta, es simplemente sentir que me coartan la libertad. Y eso es justo lo que más me desagrada en todo el Universo. Incluso más que los garbanzos.