- Ignacio Inzunza, en el papel de "EL chancho"
- Beatriz Inzunza, en el papel de "La Psycho"
- Ariadna Riveiros, en el papel de "Gomero 1"
- Darío Del Cerro, en el papel de "Gomero 2"
Guión:
"Erase una vez, en las lejanas tierras de Cair Pali-vel (entiéndase el home, sweet home de quien escribe) y en un día como hoy, un mundo monótono y al borde de la rutina. Hasta aquel lugar arribaron 4 jovencillos apuestos e interesantes, a llenar de magia a la única habitante del reino (entiéndase, yo).
Luego de ser presentados formalmente el Gomero 2 y la única habitante de Cair Pali-vel, los cinco muchachos dieron rienda suelta a sus almas de niños, apoderándose casi de inmediato de los entretenimientos tradicionales del lugar (entiéndase taca-taca, notebook y tv con home theather). Así, en medio del tumulto, la honorable damisela, conocida como "La psicópata" se apoderó del laptop de la dueña de casa, a quien además instó a la revisión extenuante de archivos considerados confidenciales de terceras personas. Mientras, el joven "Chancho" corrió presurosamente a la cocina, para darse un festín con cuantos postres y delicias encontró en el refigerador (entiéndase refrigerador... uh! esta vez no hay frase confusa jaja). En un lugar casi apartado de la civilización en cuestión, han de encontrarse Gomero 1 y Gomero 2. Vaya a entender una el afán por volverse autistas de ese par. La señorita Gomero One, por su parte, tiene tendencia al silencio. Cuenta la leyenda que los ratones del ático le comieron un trozo del lóbulo cerebral responsable de la socialización. El señor Gomero Two, en cambio, sufre del mal del yo-yo. Su ego es del porte de un portaaviones. Por lo tanto, se respiran malas vibras entre este irrelevante personaje y la única habitante de Cair Pali-vel. De ese modo, hasta fue un alivio no escuchar su desagradable voz emitiendo desagradables comentarios autorreferentes en la extensión del territorio.
Con el paso de las horas, Psycho fue adentrándose en las inmensidades del ciberespacio, buscando las pistas que pudieran probar la culpabilidad de la sospechosa en cuestión que lleva un par de días azotando la poca estabilidad mental psicológica de la única habitante de estas tierras lejanas. Lamentablemente, pistas encontró de sobra para inculpar definitivamente a la criminal. Y en ese camino al más puro estilo Sherlock Holmes, le enseñó a la señorita local las artes de la intromisión, cual detective, en vidas ajenas... sin resultados aparentes hasta el momento, debido a la falta de interés de la aprendiz.
Por su lado, el Chancho empezó a sentir un par de malestares, a causa de un ataque de gula incontrolable, que no sólo aniquiló las tripas del pobre animal, sino que de paso, barrió todo aquello que fuera comestible (o que al menos lo pareciera) del único refrigerador de Cair Pali-vel.
Casi llegando al final de la jornada, la participación de ambos Gomeros se limitaba a un par de miradas y gestos. Ninguno volvió a moverse de sus asientos ni a modular siquiera un fonema hasta que llegó la hora de decir adiós a Cair Pali-vel. "
Hace tiempo no escribía algo tan insensato, de tan poca relevancia y tan carente de creatividad. Pero fue la historia de hoy, que prometí plasmar en este lugar sin importar lo estúpido o latero que sea. Le recomiendo, eso sí, estimado lector de tonteras fomes, que le agregue a la lectura de la presente no-novela el tono de voz con que se representa un cuento infantil.
Probablemente, termine odiando estas letras incluso más que la autora misma, pero bueno. Asuma su responsabilidad, nadie lo obligó a llegar hasta acá. Así que no voy a tolerar crítica alguna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario