28 de abril de 2013

Realidad y ficción.

Todos los días camino por la calle y veo a una pila de gente caminando, posando, intentando llamar la atención pa que otros y otras le pongan los ojos encima. Todos los días, voy por la vida y me encuentro en la u, en la micro, en el centro, en la periferia, en todos lados, con gente que es... pero que no es. Están los minos que llenan el facebook de frases mamonas de amor infinito a la polola, pero que uno ve pasar por la ventana todos los días con una pinche no-oficial diferente (y no es que yo pase todo el día pegá en la ventana, jajaja). Están las minas y minos que hablan puras volás irrelevantes todo el día, pero llegan a la casa y se convierten por arte de magia -y gracias a internet que permite el plagio- en poetas merecedores de estatuillas por los pedazos de reflexiones que sacan... oh, wait, quizás alguien en el pasado ya se ganó un premio por pensar exactamente la misma frase. Está la gente que le saca fotos a todo lo que come, la gente que expone su vida privada y muy muy muy privada a las preguntas del ask.com, la gente que se viste "vintach" y que cree que actuar como jipster te convierte en un ser intelectual y superior y diferente (salvo que como ahora todos hacen eso, se les fue a las pailas la diferencia), y así infinitamente.
¿A qué voy con todo esto? A ninguna parte, era un descargo nomás.

Mentira, voy a que yo creo que la gente se olvida del amor propio, porque dejan de vivir sus vidas reales para disfrazarse de algo que no son y/o actuar como alguien que tampoco son, a ver si así se consigue la aceptación del resto. Gastan plata, tiempo y cabeza en pensar cómo impresionar a los demás -tanto que hasta se convencen de ser realmente estos personajes de ficción-, y al final están tan pendientes de aquello que pierden noción de la vida misma.

Mi punto es que cuando a uno lo quieren, lo quieren tal cual uno es nomás, con todas esas pifias y cosas bonitas. No se saca nada con buscar conscientemente impresionar a un montón de gente que en realidad no está ni ahí con uno más allá de banalidades, y mucho menos si se pretende lograrlo basándose en puras mentiras, porque tarde o temprano la ficción o simplemente se acaba, o directamente te atrapa y terminas convirtiendo la ficción en una realidad forzada que te hace infeliz.


(super piolamente espero que esta nota criticona pero con cariño sea leida por al menos veinte personas del mundo facebook, a ver si de repente despailan...)

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