para compartir, por el sólo gusto de hacerlo. Escribir por todo, que es un poco de nada.
Pero me parece que hay momentos, recuerdos, sensaciones y sentimientos que son necesarios guardar de un modo más egoísta. Dejar que, un dia cualquiera, me roben una sonrisa mientras voy por la calle. Dejarlos fluir en sueños. Contárselos en secreto al viento, para que den la vuelta al mundo. Escribirlos en la arena de la playa, para que al borrarse con el subir de la marea, se atesore en las profundidades del océano. Quizás un día, los peces se enteren y compartan con alegría un poquito de eso que siento.
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